ADOPCIÓN ¿AMOR O EGOÍSMO?
ADOPCIÓN
¿AMOR O EGOÍSMO?
Es importante mirar desde dónde esos padres adoptivos realizan este acto. Bert Hellinger nos dice que el lugar de los hijos es al lado de sus padres. Cuando alguien adopta niños para suplir la falta de hijos propios, se trata de una grave intromisión en determinados ordenes.
La adopción es justificada cuando ambos padres murieron o el niño fue abandonado.
En un caso así, cuando alguien acoge al niño y lo cría, es algo justificado y grande. Cuando un niño es adoptado a la ligera, quitándolo a sus padres y abuelos, es una gran injusticia.
A veces los padres adoptivos, no respetan el origen de ese niño y entonces el niño se revela y comienzan los problemas ya que siempre es fiel a su familia de origen, proviene de ahí y si el origen no es respetado, el niño tampoco va a respetar a los padres adoptivos.
En los años 70, hubo una gran oleada de niños adoptados, eran tiempos dónde una mujer joven que quedaba embarazada, no era bien mirada en la sociedad y entonces esos niños eran dados por la vergüenza de la madre y de la familia. En algunos casos esos padres de adopción no les decían a los niños que eran adoptados pero el alma sabe, y lo manifiesta. También ocurría que se mencionaba la adopción, más no el origen de la vida; Porque la familia adoptiva se creía mejor que la familia de origen. “Yo lo hago mejor que tus padres”, y esta es una gran falta de respeto hacia el niño y su origen, ya que los niños deben estar con su familia, sea cual sea su destino, ellos lo llevan con dignidad.
Socialmente es común la frase que dice: “padres son los que te crían”, pero eso no es así ya que los padres son aquellas dos personas que hacen posible la vida.
Los hijos adoptados tienen una gran dificultad en cuanto a su identidad, es frecuente que se sientan perdidos en la vida y no logren encontrar su lugar, ni equilibrio en aquello que emprenden, ya que su alma es fiel al sistema de origen y también a los padres adoptivos, ya que ellos sostuvieron su vida y procuraron dar siempre lo mejor.
Esto genera un gran desequilibrio en el individuo, porque no saben cuál es su lugar, a dónde pertenecen realmente.
Cuando reconocen el lugar al que pertenecen (familia de origen) también logran entender que sus dinámicas pertenecen ahí, ya que repiten suertes de su familia biológica y al mismo tiempo están vinculadas a su familia adoptiva.
Constelaciones Familiares promueve tomar conciencia de esto y permite sacar a la luz como se repiten muchas de las dinámicas familiares aún sin conocer la historia de origen.
En muchas ocasiones se mira a las personas que adoptan a un niño/a, como seres humanos, nobles de gran corazón, es así como surge el título de este artículo “LA ADOPCIÓN COMO UN ACTO DE AMOR O EGOÍSMO”, es decir, cuando una pareja no puede procrear por el motivo que fuere y decide adoptar, está viendo por sus propios intereses más que los del niño adoptado, es así como los padres adoptivos toman al niño para cubrir una necesidad personal, de pareja, tal vez social. Ante esto nos encontramos con que la adopción es mirada como un acto de egoísmo “te necesito para que mi relación perdure””te necesito para cubrir mi maternidad/paternidad””te necesito para poder encajar socialmente”
Una manera amorosa de adopción es cuando una pareja más allá de cubrir una necesidad personal o de pareja; decide hacer frente al destino del niño/a, a su desarrollo y crianza, respetando sin juicios y agradecidamente a los padres biológicos por haber dado la vida a quien por ahora está con ellos.
Cuando la adopción es una posibilidad, es menester saber que no sólo adoptan a ese hijo sino también a todo su sistema familiar y para que esa adopción sea lograda, tienen que respetar el origen. Cuando ese origen es respetado el niño puede vivir tranquilo y puede agradecer a los padres adoptivos todo lo que ellos le dan.
Si los padres adoptivos quieren vivir tranquilos dándole a ese hijo todo su amor, han de respetar a la familia de origen, el país de origen, la cultura de origen. Si su pensamiento es “te salvamos y te ofrecemos una vida mejor” quizás no ayuden realmente a ese niño. Y entonces se genera un gran conflicto a lo largo de la vida. Siendo doblemente duro para el individuo ya que se vuelve a repetir en su inconsciente el “no me quieren”.
Así que cuando uno desea adoptar debería de mirar cual es la necesidad y si esa necesidad es llenar un vacío, entonces es mejor que no adopten. La adopción es muy seria y no se debe decidir a la ligera ya que el dolor puede ser muy grande y las consecuencias e implicaciones, pueden ocasionar grandes desgracias.
Lo adecuado es adoptar teniendo en cuenta todo lo que ese niño trae: su familia, su país, su cultura y su destino. Y entonces la adopción se puede lograr con amor y éxito.
Cuando el hijo adoptado no reconoce su origen las consecuencias pueden ser graves y derivar en dinámicas inconscientes que le lleven a buscar en sus parejas, amistades, trabajos o en los hijos que la vida les conceda a sus padres biológicos, re significando el trauma “buscando por la vida quien les abandone por el motivo que sea”
Así es como en ocasiones no se entiende los fracasos o perdidas en la vida, por ejemplo: cómo siendo una esposa que atiende lo que corresponde, su marido la deja, como siendo una madre o padre que satisfacen las necesidades de sus hijos, estos se van de la casa o eligen parejas que les abandonen, como siendo profesionistas de éxito no logran permanecer en un trabajo, también pudiera ser que teniendo ingresos financieros decorosos el dinero se va como lo hicieron sus padres; todo esto es una dinámica de compensación que termina cuando se le da un lugar de dignidad a los padres biológicos aquellos que nos dieron el mejor regalo “la vida”
Ahora bien, mas allá de buscar respuestas cómo: él por qué no se quedaron, lo cual no serviría de nada saber el motivo, una buena manera de tomar con dignidad el destino que les toco es mirar agradecidamente el regalo de la vida, sujetándola con firmeza en el corazón y comprendiendo que si mamá o papá no se quedaron, no fue por falta de amor; si por un gran acto de Amor.
Valdría la pena agradecer a los padres biológicos el regalo de la vida y a los padres adoptivos el haberla sostenido.
MARÍA CECILIA MANILLA GARCÍA.